Crítico escenario para el colectivo

Este BeSAU llega a poco más de un mes de iniciado el confinamiento, una medida inédita motivada por la aparición del Covid-19 que está afectando a los habitantes del mundo entero. A nivel gremial inmediatamente tomamos los recaudos necesarios e implementamos el aislamiento social, siguiendo atentamente las recomendaciones del MSP y de otras dependencias de gobierno. Paralelamente, comenzamos a gestionar acciones concretas en pos de disminuir o diferir la carga de aportes sociales de nuestros socios, mediante un planteo razonable que se circunscribe en el difícil momento que atravesamos y que resultó claramente atendible tanto para la Caja Profesional como para el Fondo de Solidaridad y el BPS. Por otra parte, nos enfocamos en impulsar acciones para que el flujo de trabajo de nuestros profesionales se vea afectado en la menor medida posible.

Una de las primeras medidas que adoptamos fue la instalación de un Comité de Emergencia que, junto a las reuniones semanales de todas las Comisiones Delegadas del país, nos han permitido detectar situaciones particulares y de manera rápida activar, política e institucionalmente, las acciones locales y generales tendientes a que un posible déficit de trabajo a nivel de proyecto producto del cierre parcial o total de ventanillas de gestión no se sumara a la licencia anticipada de la construcción, medida hoy levantada y de la cual depende el trabajo de numerosos colegas y de buena parte de la sociedad.

Pero de acuerdo a nuestros relevamientos aún existen voces y actores que desde mediados del mes de marzo no han dado respuesta, y que parecen no comprender que, de no reactivarse los permisos de construcción, las habilitaciones y todas las gestiones complementarias, las consecuencias de la pandemia se transformen en una debacle. Si bien Montevideo ha ido implementando medidas y resolviendo a distancia el ingreso y aprobación de expedientes, aún quedan áreas clave como la de descentralización conformada por los CCZ que al día de hoy permanecen inactivos. En todo el país solamente dos intendencias operan con expedientes digitales y/o firmas electrónicas: Canelones y Maldonado. Colonia, San José, Paysandú, Lavalleja, Flores han encontrado soluciones intermedias incluso con atención presencial restringida aunque algunas aún no han implementado pagar las erogaciones y liberar expedientes, lo que da por tierra la teoría de que existe la posibilidad de teletrabajar; evidentemente en estas condiciones no existe el marco.

En el rubro de la construcción veníamos -desde al menos el segundo semestre de 2019- con una desaceleración lógica producto de la combinación de una baja de la actividad económica y por la expectativa propia de ver qué sucedía con el gobierno entrante, una situación que no es nueva y que quienes hace años nos desempeñamos en la profesión tenemos presente que ocurre de manera cíclica. La coincidencia de la celebración de elecciones nacionales tanto en Argentina como en Uruguay tuvo como consecuencia el enfriamiento -por lo menos- de gran parte de la actividad primaria de la cadena: la relación del proyecto con el inversor o cliente, que deviene luego de meses de proceso en una obra en construcción, y que activa la generación de un importante número de fuentes de trabajo. La asunción de un nuevo gobierno provoca incertidumbre acerca de la continuidad de una serie de políticas vinculadas al área de la vivienda y el territorio, sobre las licitaciones gestionadas en el período pasado -para las cuales aún no existen certezas de su continuidad-, y a la vez pone en duda el mantenimiento o no de un esquema de promoción de inversiones que ha sido indudablemente el motor de un gran número de proyectos y de infraestructura.

Ni bien asumida la nueva administración se anunció un revalúo de prácticamente todo el esquema de inversión del Estado, medida que el gobierno tiene evidentemente el derecho de instrumentar, pero que actores públicos y privados deberían comprometerse en encontrar instrumentos y apostar a la reactivación manteniendo contratos de obra y servicios para que, ante una causa de fuerza mayor como el Covid-19, numerosos colegas del ámbito público y privado no queden desempleados y sin un seguro de paro. ¿Qué señales habrá para estimular a quien tenía en mente llevar adelante su obra o reforma una vez analizado el escenario con posterioridad al traspaso del poder?. La gravedad de la situación no permite darnos el lujo de sentarnos a debatir a ver qué pasa y mucho menos aun que existan servicios cerrados que resultan fundamentales para sostener la poca actividad de la cual dependen el 70% de nuestros afiliados.

Nos consta que numerosos colegas funcionarios de diversos municipios y organismos estatales han sido proactivos y sensibles ante esta situación, en la cual como quedó demostrado a partir de la encuesta Covid -19, cuyos resultados compartimos a través del BeSAU de hoy, un 36% de los colegas no puede realizar su actividad y un 75% verá sensiblemente afectado sus ingresos. Quienes hemos vivido la crisis del año 2002 recordamos amargamente que la falta de trabajo entre los colegas forzó a emigrar en aquel contexto a un número sin precedentes de arquitectos. La diferencia con la crisis que comienza a asomar es que los países que en algún momento fueron receptores de esos colegas probablemente estén también hoy atravesando una crisis de similares características.

Son momentos difíciles que requieren trabajar con solidaridad y empatía, debemos ser conscientes de que para muchos arquitectos aquellas actuaciones de menor escala resultan hoy en día su única posibilidad de ingresos, con el agregado de que un 44,8% de nuestros encuestados enunciaron ser el principal sostén económico de su hogar. Ante esta situación más que nunca hay que acercarse al gremio, aportar ideas, preguntar qué se necesita y colaborar para dar acción a toda posibilidad que permita acceder a mejores condiciones de trabajo en el corto, mediano y largo plazo. Debemos comprometernos dejando cualquier cuestión ideológica o preconcepto de lado, ponernos a la altura de las circunstancias de modo de trabajar unidos en la construcción de propuestas institucionales y orgánicas que históricamente han redundado en la mejora de todos los colegas, se encuentren afiliados o no.

Pueden estar seguros de que la SAU continuará por todos los medios tratando de abrir camino para que nuestra actividad profesional no se detenga, apoyando a los que están en desventaja, asesorándolos, capacitándolos y proponiendo a los municipios, organismos, instituciones y autoridades nacionales una batería de medidas racionales y positivas. Que se entienda que si no se potencia creativamente la reactivación de proyectos de todo escala, si no se acciona con incentivos reales y no se gestionan ágilmente los trámites para que se aprueben, las obras recientemente reanudadas se irán terminando sin reposición, dejando para el día después otra nueva pandemia sin precedentes.

Arq. Fernando Pereira Figuerón
Presidente de SAU
17 de abril de 2020