Carta al COVID-19

Estimado Vr. Corona:

Estoy al tanto de que se encuentra usted muy ocupado en este momento y de que recibe miles de cartas a diario de todas partes del mundo.

Las personas le han estado enviando todo tipo de mensajes, que van desde los más duros insultos por su infeliz existencia y sus terribles consecuencias hasta emotivos agradecimientos por haber detenido la contaminación ambiental o habernos devuelto el sentido de la humanidad.

Yo quisiera importunarle exclusivamente para hacerle un pequeño reconocimiento a su gran capacidad docente.

En unos pocos días usted le ha enseñado a miles de personas cuántas cosas que son imprescindibles para algunos son en definitiva beneficiosas para todos.

Son tantas las personas que a lo largo y ancho del planeta vienen experimentando pequeñas aventuras cotidianas, como intentar cerrar una grifería sin tocarla con las manos luego de haberlas dejado arrugaditas de tanto lavarlas, tener que enfrentarse al herraje de una puerta intentando accionarlo sin usar las manos ya perfectamente desinfectadas con alcohol en gel o querer secarse las manos sin usar una toalla que otros tantos ya tocaron.

Debo reconocerlo: usted ha podido instrumentar en unos pocos días un curso práctico sumamente efectivo para que todas las personas comprendamos que la accesibilidad no es sólo un tema de rampas.

La arquitectura accesible implica cientos de detalles que no son arbitrarios ni caprichosos sino que por el contrario tienen una clara razón de ser: facilitar la vida de aquellos que por el motivo que sea (una pandemia mundial o una situación de discapacidad) necesitan prescindir de usar la motricidad de sus manos para manejarse por la vida.

Griferías tipo monocomando o automáticas con sensor, manijas de puerta tipo palanca (en lugar del clásico pomo), puertas automáticas con sensor, cerraduras magnéticas que abren acercando un chip, secadores de manos automáticos y tantos otros ejemplos… son detalles que no valoramos en condiciones “normales” pero que para muchos hacen la total diferencia siempre.

Yo no sé cuándo tiene usted pensado irse de acá, pero cuando llegue ese momento sinceramente espero que a cada uno de los que diseñamos, planificamos, financiamos y construimos los espacios que todas las personas habitamos, no vaya a invadirnos otro virus: el de la amnesia. Y nos olvidemos de cuánto hemos aprendido en estos días difíciles.

Saludos cordiales.
Yo

Autora: Arq. Verónica Piñeyrúa
Integrante de la Comisión de Accesibilidad SAU

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