Iluminar un espacio público puede ser un proceso importante para mejorar la seguridad, la estética y la funcionalidad de ese lugar.

En tal sentido al iniciar el proceso es sugerible tener presente una serie de recomendaciones generales:

Evaluación de las necesidades: Antes de comenzar, analiza el espacio y determina cuáles son las necesidades específicas en términos de iluminación. Considera aspectos como la actividad que se realiza en el lugar, los horarios de mayor afluencia de personas y las áreas que requieren mayor atención.

Planificación del diseño de iluminación: Crea un diseño de iluminación que se adapte a las características del espacio. Puedes considerar diferentes tipos de luminarias, como farolas, apliques de pared, focos empotrados o luces de senderos, según las necesidades específicas.

Distribución lumínica: Asegúrate de que la iluminación esté distribuida de manera uniforme por todo el espacio público. Evita crear zonas de sombras o áreas excesivamente brillantes, ya que esto puede dificultar la visibilidad y afectar la seguridad.

Considera la iluminación de acento: Además de la iluminación general, considera agregar iluminación de acento para resaltar elementos arquitectónicos, esculturas o áreas especiales. Esto puede añadir interés visual y mejorar la estética del lugar.

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