Como arquitectos, estamos en la búsqueda incesante de una materialidad que defina la particular condición del espacio que queremos proyectar, y a la vez transmita las sensaciones de textura, temperatura, iluminación y demás aspectos que condicionan la experiencia de uso de un programa arquitectónico.

En este sentido, la cualidad física del piso que elegimos es determinante. La innovación de materiales y revestimientos para pisos en las últimas décadas ha sido exponencial, sobre todo para los pisos vinílicos, cuya evolución desde los años 50 hasta la actualidad pone de manifiesto la creatividad de la industria para generar productos que se adapten a los requerimientos del estilo de vida contemporáneo, con ventajas como la facilidad de colocación, la resistencia a la humedad y al alto tránsito, la higiene y la variedad de formatos y acabados.

El mercado uruguayo no es ajeno a este desarrollo, y hoy podemos encontrar la última generación de piso vinílico en plaza, que presenta un núcleo más denso y por lo tanto una mayor resistencia al agua. El Piso Solid de PVC que ofrece Metropolitana Pisos en conjunto con un asesoramiento personalizado para guiar el proceso de elección y colocación, reúne facilidades constructivas novedosas: una capa de uso que mejora las propiedades ante la abrasión, las quemaduras y la caída de objetos para el alto tránsito y el conocido ahorro en tiempos de instalación gracias a su sistema click que no requiere adhesivo.

Al momento de proporcionar soluciones a los clientes, entendemos que las ventajas constructivas son indispensables para ahorrar recursos y mejorar la calidad de vida, por lo que otros aspectos claves a destacar del Piso Solid son la efectivización de la aislación térmica y acústica a través de una manta de goma EVA incorporada, que además evita copiar las imperfecciones menores del sustrato, y su capacidad de mantener un aspecto inalterable ante la acción del sol o la luz artificial.

Pero si bien estas características son fundamentales, esa materialidad que buscamos no puede quedar únicamente supeditada a las ventajas constructivas ni a la imagen, sino que tiene que ser experimentada, vivida por el arquitecto como usuario para conocer esa textura que imaginábamos, la temperatura del material al tacto, su sonido al recorrerlo. Esa respuesta en los sentidos es la verdadera innovación de este nuevo piso vinílico al día de hoy: su capacidad de transmitir calidez y naturalidad, y posicionarse como un material versátil que puede colocarse en distintos ambientes para aportar al concepto integral de calidad espacial.

Arq. Tatiana Lacroze