A más de un año de su aparición, la pandemia ha puesto en cuestión el modelo de sociedad y las formas de habitar, desafiándonos a innovar para la reorganización de los espacios públicos y privados y el futuro de nuestras ciudades. A la crisis sanitaria que atraviesa el país se suma una gran crisis económica y social que nos obliga a comprometernos como arquitectas y arquitectos y como ciudadanos para ser parte de una ruta de salida.

Por un lado, el distanciamiento social generó la necesidad de vivir más hacia adentro, de incorporar e improvisar nuevas áreas al espacio tradicional de nuestras viviendas para integrar el estudio, el ocio y el teletrabajo, que interpelan la estructura básica de la vivienda. La necesidad de fragmentar, de aislar espacios, de reconvertir dormitorios y estares en aulas, oficinas, salas de reuniones virtuales, o muchas veces también en áreas de aislamiento y tratamiento de la enfermedad. Desde nuestra profesión tenemos la posibilidad de analizar estas nuevas necesidades y dar respuestas creativas ya sea en proyectos de nueva creación como en reformas y reciclajes

Sin embargo ha quedado en evidencia en la situación actual, la fragmentación social, la imposibilidad de lograr en muchos casos estas condiciones necesarias para la vida en pandemia, intensificando aún más los problemas de aislamiento, violencia de género y accesibilidad, entre otros.

Las medidas de confinamiento necesarias para impedir la propagación del virus entran en contradicción con las condiciones de las viviendas y con la necesidad de trabajar para subsistir. La consigna de “quédate en casa” no es para quien quiere sino para quien puede. Esto lleva a la necesaria participación del Estado en una política de vivienda clara que genere condiciones de vida dignas, y a la planificación y gestión de nuestras ciudades poniendo en el centro al ciudadano.

Por su parte, el espacio público cobra hoy un rol fundamental y resulta imprescindible la necesidad de optimizar los equipamientos colectivos y espacios públicos distribuidos en el territorio, contando con áreas verdes amplias y que mantengan la posibilidad de interactuar, de generar espacios para el encuentro y la convivencia segura. Las plazas, parques y calles como espacios públicos por excelencia, permiten repensar la movilidad, y el diseño de espacios seguros, accesibles, diversos y polifuncionales para nuevos usos.

A nivel internacional las ciudades están reasignando temporalmente o incluso permanentemente el espacio vial de los automóviles para proporcionar más espacio para que las bicicletas y las personas se muevan de manera segura, facilitando el movimiento y respetando las reglas de distanciamiento físico. [1]

Desde nuestra mirada podemos seguir aportando al diseño de espacios públicos y equipamientos, para avanzar en procura de una mejor calidad de vida, hacia ciudades más equitativas, democráticas y sostenibles.

Desde un abordaje multidisciplinario, las arquitectas y los arquitectos debemos comprometernos a repensar desde nuestras diversas áreas de trabajo, nuestro quehacer cotidiano, nuestras ciudades, a transformar la situación actual en oportunidad.

En tiempos de crisis el compromiso parecería ser trabajar en forma conjunta desde nuestro colectivo para  buscar soluciones que generen empleo, continuar construyendo arquitectura de calidad y contribuir a la mejora de condiciones más equitativas para el  desarrollo y la mejora de la calidad de vida.

Este año además nos hemos planteado varios desafíos avanzando a en la concreción de la ley de colegiación que también permitirá posicionarnos en un lugar de paridad en el contexto regional para acceder a ofertas laborales en países de la región.

Por otro lado, este año continuaremos con la generación de cursos de interés que a su vez dictamos en forma virtual, ampliando la posibilidad de participación de todos los colegas del país.

Este año a su vez se realizará el concurso de obra construida, cuyas bases serán publicadas el 25 de junio y nos dará la oportunidad de revalorizar el ejercicio profesional y las obras culminadas desde 2014 a la fecha.

Nos duele y preocupa la situación que atraviesa nuestro país y el mundo con la pandemia, sin embargo no queríamos dejar de celebrar este sábado 22 de mayo el 107 aniversario de nuestra Sociedad de Arquitectos del Uruguay, con el compromiso, hoy más que nunca de seguir construyendo futuro.

Mag. Arq. Natalia Brener, Presidenta de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay

[1] : ONU-Hábitat, Espacio Público y COVID-19

Les invitamos a leer el artículo publicado hoy en La Diaria y la entrevista a la presidenta de SAU en el programa La Columna.