Recientemente nos llegó la triste noticia del fallecimiento de María Teresa «Tita» Rodríguez, querida colega que formó parte de diversos ámbitos de participación en la SAU, particularmente, de su Tribunal de Ética y sus comisiones asesoras. 

Desde la SAU queremos hacer llegar a su familia y allegados un apretado abrazo de despedida.

Compartimos una reseña biográfica elaborada por Karen Crosa y Magdalena Fernández García, en el libro Historia tecnológica de la arquitectura en Uruguay. Protagonistas, editado por FADU a comienzos de este año, y que tiene como compiladores a Magdalena Fernández García, Juan José Fontana y Mary Méndez.

 

María Teresa “Tita” Rodríguez Goyeneche

María Teresa “Tita” Rodríguez Goyeneche (1947) nació en Montevideo, pero vivió los primeros años de su vida en Carmelo, lugar de origen de la familia paterna. Se define a sí misma como “urbana con cierto apego al interior”. Cursó la totalidad de sus estudios en Montevideo, en la enseñanza pública. Asistió a la escuela Francia, al liceo Suárez y luego a preparatorios en el IAVA.

Ingresó a la Facultad de Arquitectura en 1966 y egresó en 1978. Durante esos años tuvo una participación activa en el Centro de Estudiantes de la Facultad. En este período, además, nacieron sus primeros dos hijos. Trabajó en estudios profesionales desde antes de recibirse y, años más tarde, comenzó una destacada carrera docente en la Facultad.

Tita pertenece a la tercera generación de arquitectos de una familia numerosa. Sus antecedentes y vínculos con la arquitectura comenzaron con su abuelo, Héctor Rodríguez Rocha, y siguieron con su padre y su tío, Héctor Rodríguez Olivencia y Hugo Rodríguez Juanotena, respectivamente. “Mi viejo era un gran docente”, comenta Tita con algo de nostalgia. Siendo niña pasó mucho tiempo en la oficina de su padre mirándolo trabajar. Más adelante, fueron comunes las salidas juntos, de paseo por la ciudad. Ese vínculo instaló en Tita el germen de una manera de observar la arquitectura, ya que, según recuerda, estos paseos estaban cargados de enseñanzas que fueron afinando su mirada sobre los edificios y sobre la responsabilidad del arquitecto como sujeto perteneciente a una cultura y una sociedad.

Su primer trabajo, siendo estudiante, fue en el estudio de Carlos Reverdito, Margarita Chao, Federico Antonio Daners, Rodolfo Mato y Felicia Gilboa, mientras preparaban el concurso del Piloto 70. Trabajó allí hasta 1974, cuando vivió la expulsión de Reverdito hacia Italia a manos de la dictadura civil-militar. Tita nos cuenta que el estudio “fue un ámbito de formación permanente”. Felicia Gilboa fue una de sus principales referencias en los aprendizajes sobre el cálculo de estructuras y su relación con el proyecto de arquitectura, mientras que su actuación docente comenzó en 1984.

Se desempeñó como docente de anteproyecto y proyecto de arquitectura en los talleres Reverdito, Neiro y T+. Fue la impulsora y redactora de un proyecto de dirección colectiva de Taller de Arquitectura que, pese a haber sido aprobado por los órganos de cogobierno de la Facultad, no consiguió viabilidad administrativa. Finalmente, este equipo puso en práctica su proyecto, bajo la coordinación y dirección de Tita. Margarita Chao fue clave en la introducción de temas relativos a la enseñanza.

En 1977 se integró al estudio Síntesis y en 1979, luego de graduarse, fundó RDH Construcciones junto a Roberto Morón, Duilio Amándola y Hugo Rodríguez. Pese a quedar fuera del nombre de la empresa, Tita fue la firma técnica responsable desde el inicio. Sus tareas estuvieron enfocadas al proyecto, la presupuestación, la certificación y el control de obras, además de ser la responsable del cálculo de estructuras de todas las obras del estudio.

Tita destaca que el constante trabajo en equipo le permitió ver la arquitectura en su carácter integral, atendiendo tanto a los aspectos tecnológicos como sociales, estampa que imprimirá luego sobre la enseñanza de la arquitectura. Paralelamente, trabajó con su hermano en la creación de un sistema de prefabricados en madera (wood framing) destinado a la construcción de viviendas, a partir de la reutilización de postes de madera, a raíz de un encargo directo del sindicato de UTE.

Aún hoy defiende la interdisciplinariedad como herramienta necesaria para el proyecto, ya que las distintas miradas sobre un mismo objeto arquitectónico —o bien sobre la ciudad— son complementarias, debieran serlo. Asimismo, destaca que tanto su actuación profesional como la académica siempre se basaron en el trabajo colectivo, en el que primaba la consigna: “ver para aprender, aprender a ver, para finalmente aprender a aprender.”

Libro Historia tecnológica de la arquitectura en Uruguay. Protagonistas completo 
Entrevista a María Teresa “Tita” Rodríguez en la página 314. 

Imágenes de sus obras pertenecientes al libro


Sociedad civil Puerto de Palos 1. Estudio Rodríguez                              
Olivencia. Carabelas 3074, Montevideo. 


Conjunto Cutcsa VI. Estudio Síntesis. Lezica 5773, Montevideo.