Con el fin de salvaguardar azulejos representativos de nuestro patrimonio arquitectónico, y frente a la permanente amenaza de la pérdida de infinidad de piezas de características singulares o irrepetibles, nos proponemos analizar todas las vías posibles para continuar con la búsqueda rescate, puesta en valor, restauración, conservación y salvaguarda de las mismas como una medida de resistencia.

Y en conocimiento del impacto que causa en la comunidad el rescate de su memoria histórica y de la identidad barrial (dado el vínculo estrecho que mantienen estos objetos con las vivencias cotidianas de sus habitantes), hacernos depositarios de esa memoria común y, a la vez, concientizar sobre su importancia.

Seguramente, la mayoría de nosostrxs guardamos muchos recuerdos tanto en nuestras casas, como en las de vecinos, familiares o amigos, donde zaguanes, patios, cocinas y baños estaban revestidos con azulejos llegados desde el Viejo Mundo.

En el entendido de que los profesionales de la construcción son quienes tienen el primer contacto con las edificaciones a reformar o demoler, y quienes toman las decisiones vinculadas al destino que se le dará a los elementos arquitectónicos pasibles de ser recuperados, es que hacemos este llamado público a los efectos de que consideren la importancia de rescatar muestras individuales de azulejos, o de sus conjuntos, para su musealización.

Apreciamos la colaboración a través de la donación de piezas que ayuden a completar el discurso histórico de la utilización de los azulejos en la arquitectura de nuestro país, contribuyendo a su vez a enriquecer el acervo del Museo.

Quienes lo hagan contarán con la garantía de que, al pasar de la órbita privada al ámbito público, las piezas donadas no solo serán puestas en valor, restauradas y conservadas, aportando con su legado al patrimonio cultural del país, sino que también serán incorporadas a las diversas propuestas educativas que desarrolla el Museo, y disfrutadas por el amplio espectro de visitantes que recibe.

Quedan invitados a ser parte…

ZAGUÁN – Reciclaje: L. Müller, 1990. Friso azulejos, original año 1908.

Museo del Azulejo de Montevideo

El Museo del Azulejo colecta, conserva, investiga y expone azulejos principalmente utilizados en la arquitectura uruguaya desde fines del siglo XVIII hasta fines del siglo XX. De esta manera, se conforma una muestra relevante del patrimonio arquitectónico de nuestro país, destacada a nivel internacional no solo por el número y calidad de sus piezas, sino también por la variedad de orígenes, razón por la cual fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2014.

Fue creado en 1997, durante la gestión del intendente Mariano Arana, por convenio celebrado entre la Intendencia de Montevideo y el Arq. Alejandro Artucio, en base a su colección de 1500 piezas que fuera lograda en el transcurso de más de 40 años.

En 1998 fue inaugurado en la sede de la calle Cavia 3080, con el patrocinio de Metzen y Sena. A partir de allí, la colección se fue enriqueciendo con las piezas donadas por particulares (vecinos, coleccionistas, arquitectos, amigos del Museo), y por otras adquiridas por la institución. En 2009 el Museo se trasladó a la calle Yi 1444, donde fue posible exhibir las 4500 piezas que en ese momento conformaban la colección.

El edificio que actualmente lo alberga fue diseñado por el arquitecto Leopoldo Carlos Artucio y declarado Monumento Histórico Nacional en el 2014 por su lenguaje arquitectónico, que manifiesta el aporte de diferentes corrientes de la arquitectura innovadora holandesa y del art decó racionalista. La vivienda data de 1932, se implanta entre medianeras y es contigua a la vivienda Pérsico (obra del arquitecto Julio Vilamajó). Consta de cuatro niveles: la planta baja, que en su origen estaba destinada a consultorio, y tres niveles superiores destinados a residencia familiar. Hoy funcionan 16 salas de exhibición, un salón de artes plásticas, una sala multituso integrada a la terraza y otras dependencias (oficinas, vestuarios, depósitos).

El acervo del Museo del Azulejo actualmente cuenta con más de 5000 piezas y se podria afirmar que cada una de ellas es una pequeña obra de arte.
Históricamente, los azulejos fueron utilizados para revestir u ornamentar diversas obras arquitectónicas, pero la técnica, que tuvo origen en Oriente, llegó a Europa recién en el siglo XIII, desarrollándose principalmente en Sevilla y Valencia. En nuestro país, los primeros azulejos empleados en la ornamentación de las construcciones fueron de origen catalán, luego los clásicos franceses Pas de Calais, provenientes de la villa de Desvres, y posteriormente se importaron de
varios países europeos. 

Por esta razón, el acervo del Museo da cuenta de una enorme variedad de estilos, técnicas y formatos, entre los que se destacan las colecciones de azulejos art nouveau, art deco y estanníferos franceses. Asimismo, se pueden apreciar los azulejos ingleses decorados por transferencia; los sevillanos, valencianos y franceses de producción industrial; los catalanes y los Delft. Se suman a ellos los azulejos de fachada portugueses, los mexicanos, los cristálicos, los napolitanos y los nacionales de los siglos XIX (del horno de Francisco Aguilar) y XX,los argentinos, marroquíes del siglo XXI, etc.

 

Entre sus actividades, el Museo brinda:

  • Visitas guiadas para estudiantes de todos los niveles, así como también para adultos mayores y turistas. Actualmente se desarrolla un programa de visitas guiadas de caracter inclusivo para grupos conformados por personas ciegas o sordas.
  • Exposiciones itinerantes.
  • Exhibiciones temporarias de convocatoria anual (mosaiquismo, cerámica, pintura, escultura y fotografía).
  • Talleres de formación artística (Técnicas de Azulejería, Cerámica Indígena, Mosaiquismo, Plástica).

 

Otros cursos: Narrativa, Danzas Griegas y de Medio Oriente, Tango.

Quedan invitados a ser parte!
Carlos Ortiz

Contacto: museodelazulejo@imm.gub.uy

 

Detalle friso de azulejos en zaguán de vivienda a patio de 1908