Los tanques metálicos de agua en Paysandú y Salto, construidos entre 1918 y 1919, forman parte del primer sistema de abastecimiento del interior del país. A pesar de su deterioro, son valiosos testimonios del patrimonio industrial y urbano. Este artículo de nuestra socia Ingrid Grauert repasa su historia, situación actual y debate sobre su preservación o sustitución.
La historia del abastecimiento de agua potable en el Uruguay no se restringe a la instalación de la Compañía de Agua Corrientes sobre el río Santa Lucía, sino que años más tarde se inician, por parte del entonces Ministerio de Obras Públicas, las gestiones para dotar de este servicio a las ciudades de Salto, Paysandú y Mercedes.
Las obras se adjudicaron a la empresa Ulen Contracting de Chicago, la cual fue responsable de la construcción en de las tres primeras plantas de potabilización y de las tres primeras redes de abastecimiento a las ciudades construidas en el interior del país. Los tanques metálicos “Stand pipe” de Paysandú y Salto fueron parte del sistema que finalmente quedó en funcionamiento entre 1918 y 1919.


La tecnología de acero remachado aplicada en la época para su construcción era similar a la utilizada en buques, puentes y otros tanques de menor porte, pero en este caso llama la atención la esbeltez de las piezas logradas, las cuales son recorridas en sus 30m de altura por una elegante escalera helicoidal. Piezas similares fueron construidas en otras partes del mundo superando en varios casos los 100 años operativos (American Works Association – Steel Water Storage Tanks), y tenemos la suerte de contar con algunos de estos ejemplares de excepcionales características. Estos pueden contener el agua potabilizada desde la base hasta la cubierta y su estabilidad depende por esta razón de que se mantengan llenos.
En Paysandú los tanques se ubican, uno en el del barrio Bella Vista y el otro junto al Cementerio a Perpetuidad (MHN). Durante estos últimos años se ha presentado la necesidad de sustituirlos debido al importante deterioro que presentan en sus paredes, donde pueden detectarse varios puntos con presencia de óxido y algunos remaches en mal estado. Si bien a lo largo de los años han sido reparados en su superficie exterior, no es sencillo poder vaciarlos para realizar reparaciones en su interior, ya que habría que construirles una estructura de soporte y además constituyen la reserva de la ciudad. Los técnicos de OSE consideran que es necesario construir dos nuevos tanques junto a los viejos, y surge la pregunta de qué hacer con los antiguos. Una posibilidad, quizás la mejor, sería repararlos y mantenerlos en funcionamiento, en cuyo caso se obtendría el doble de la reserva. Otras opciones pasan por desmantelar uno o ambos.


Para el Comité de Gestión de Bienes Histórico-Culturales de OSE (CGBHC OSE) su eliminación representa la pérdida de las únicas piezas que se mantienen íntegras en esta ciudad del sistema original, dado que la planta de potabilización construida por entonces ha quedado hace mucho tiempo fuera de funcionamiento, abandonada y parcialmente desmantelada, además de que constituyen importantes referentes urbanos, piezas de su patrimonio industrial y mojones históricos de la ciudad. (*)
Al cumplirse los 100 años de la instalación del servicio de agua potable se publicó un artículo en dos entregas en el Telégrafo que describe la compleja historia que le precedió (17/11/2017). Hoy en función de esta situación la Comisión de Patrimonio de Paysandú (CPP) intenta sensibilizar a la comunidad y al respecto se han publicado recientemente dos artículos en medios locales (20ONCE 26/06/2025 y El Telégrafo 01/07/2025).


La CPP conjuntamente con el CGBHC de OSE, considerando las dificultades económicas que supone mantenerlos, han manejado la posibilidad de conservar al menos uno y transformarlo en un mirador para la ciudad. Esto implica la construcción de una estructura interna de sustentación además de la concreción de un proyecto de puesta en
valor y quizás también un convenio con la IMP o el MEC para su gestión. Si se optara por mantener solo uno por razones económicas, es difícil determinar cuál, ya que el de Bella Vista es el más visible en la ciudad y el del Hospital se vincula a otros sitios históricos de Paysandú como el Cementerio a Perpetuidad.
En el Plan Local de Ordenamiento Territorial de Paysandú (Decreto N° 7719/2018) apenas se los nombra. Si bien en el Art. 13, Programa N°7 propone la conservación y puesta en valor del patrimonio industrial, y en el Anexo I – Conservación del patrimonio” presenta un “Listado provisorio de bienes a proteger”, que en el Eje Conceptual 2 – Paysandú de la Tierra figura “Tanques de Agua: instalaciones con valor propio y a la vez referencia de puntos altos naturales”, no los identifica con claridad. Por lo tanto, no cuentan con una protección específica desde la normativa departamental.
Quizás no revistan las condiciones requeridas para un MHN (**), pero sin duda reúnen las características necesarias para una explícita protección departamental que permita a las autoridades de OSE incluir en la solución técnica del problema un proyecto de mantenimiento y puesta en valor que los considere.

Referencias
(*) La antigua Planta de Potabilización de Salto es MHN Resolución 195/989 del 1/08/1989, sin embargo, en esa instancia no se consideraron a los tanques, contemporáneos a la misma y parte del sistema. Recientemente se demolió la vivienda del encargado jefe de Planta que formaba parte del conjunto de edificios de la Usina de Paysandú.
(**) A pesar de que hay casos como el Tanque de Cerro Colorado de 1953, de carácter historicista, que sí lo es por formar parte del conjunto histórico con el Centro Cívico, en un lenguaje compartido con la cercana estancia de San Pedro del Timote. También el caso de Nueva Helvecia de similares características, con protección local por constituir una de las principales postales turísticas de la ciudad.