El anuncio de que la institución se mantendrá cerrada al público por un tiempo indefinido ha generado inquietud en diversos sectores, especialmente entre las comunidades culturales y académicas, que valoran el rol emblemático del edificio y su relevancia como patrimonio público.
La directora Rocío Schiappapietra enumeró cinco factores que explican la situación crítica de la institución: crisis de personal, crisis edilicia, crisis de conservación, crisis de accesibilidad universal y crisis de sentido.
El actual edificio de la Biblioteca Nacional, ubicado en la Avenida 18 de Julio y el pasaje peatonal Frugoni, fue diseñado por el arquitecto Luis Crespi, quien ganó un concurso público en 1938. Este edificio, de estilo neoclásico —característico del retroceso formal y conceptual que marcó esa década en Uruguay— ocupa una superficie aproximada de 4.000 metros cuadrados y consta de cinco plantas, incluyendo sótanos. En 1926 se adquirió el terreno donde se sitúa actualmente, y la piedra fundamental fue colocada el 26 de mayo de 1937. Aunque la ocupación del edificio ocurrió en 1955, su inauguración oficial tuvo lugar en 1964.
Desde un punto de vista arquitectónico, el edificio está diseñado internamente con características racionalistas que se adaptan bien a sus funciones, contando con una sala de lectura destacada. Sin embargo, su resolución formal en el exterior ha sido criticada por su columnata neoclásica, que aporta principalmente monumentalidad, pero carece de contribuciones significativas al diseño. Lo más notable del edificio es su ubicación estratégica y el valor patrimonial y cultural que aporta en su entorno. Su presencia en la Avenida 18 de Julio y su conexión con el espacio público peatonal del callejón Frugoni lo integran en un conjunto arquitectónico único en Montevideo. Este conjunto incluye edificios emblemáticos como la Facultad de Derecho y sede mayor de la UdelaR, el Instituto Vázquez Acevedo (IAVA), la Iglesia Metodista Cristo Científico, con sus vitrales policromos de estilo neogótico, la sede de la Facultad de Artes (antiguo Liceo y Colegio Francés), y el Edificio San Felipe y Santiago, diseñado por el arquitecto Humberto Pittamiglio.
La directora de la Biblioteca Nacional declaró que se conformará un grupo de trabajo para elaborar un diagnóstico profundo y trazar una hoja de ruta orientada a la recuperación edilicia, la reorganización interna y el fortalecimiento de sus funciones esenciales. Además, resaltó: “es momento de que las personas se acerquen a la Biblioteca Nacional para colaborar en su rediseño: actores políticos, organizaciones públicas y privadas… es clave que estén, porque se trata de un bien cultural común.”
La Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) manifiesta su apoyo a esta iniciativa, ofreciendo su experiencia y recursos para integrar los grupos de trabajo convocados por la biblioteca.
Tras analizar las declaraciones públicas y las distintas opiniones sobre este tema, la SAU propone evaluar la posibilidad de asesorar y patrocinar en la realización de:
- Un Concurso Público Nacional de Ideas para la recuperación edilicia de la Biblioteca Nacional.
- Un Concurso Público Nacional para el diseño del espacio público y el reordenamiento urbano del enclave arquitectónico.
La SAU cuenta con el equipo técnico de asesores especializados, adecuados y eficaces para realizar este tipo de convocatorias públicas, trabajando en la elaboración de bases, protocolos de actuación y otros aspectos necesarios para llevar adelante estas iniciativas.