En el marco del Mes de la Mujer, entrevistamos a destacadas arquitectas nacionales para conocer su trayectoria y sus experiencias.
María Lezica (20 de agosto de 1982) es arquitecta egresada de la Universidad de la República, habiendo cursado la carrera entre los años 2002 y 2010. Realizó una diplomatura en Investigación en Proyecto en la Udelar y cursó la Maestría en Proyecto, también en la Udelar; actualmente trabaja en la tesis de maestría. Es docente Grado 1 de la materia Proyecto en el Taller Martín, de la Universidad de la República. Es socia fundadora del estudio Mola Kunst, que comenzó en el año 2007.
¿A qué se dedican en el estudio Mola Kunst? ¿Cuál es su perfil?
Es un estudio de arquitectura donde realizamos anteproyectos, proyectos ejecutivos, gestiones asociadas, gestión de obras, bien proyectuales. Es el perfil que tenemos. Somos dos socias, Lorena Castelli y yo, y trabajamos con un equipo de arquitectas y arquitectos que son parte del estudio. Somos un colectivo, más que nada, de cinco en este momento, donde todos tienen un rol fundamental.
Obra: Café Paraíso
Foto: Karin Topolanski
¿Hace cuánto que trabajás como arquitecta?
En el estudio empezamos en el año 2007, 2008. Comenzamos siendo Kunst con Lore, éramos estudiantes. Yo me recibí en el año 2010. Empezamos haciendo cosas en paralelo, trabajando para otras personas, para ir teniendo experiencia. Después ya nos largamos solas y seguimos adelante con Kunst. En el 2017 se sumó un socio y ahí pasamos a ser Mola Kunst. En ese momento el estudio vivió un vuelco, empezó a tener otra escala de proyectos, un poco más grandes. En el 2020 él se abrió nuevamente, porque tenía otro perfil, más de desarrollo y no tanto proyectual, como el perfil del estudio nuestro y a lo que nos abocábamos. Y ahí seguimos con la misma marca, Mola Kunst. Ya estamos hace más de 15 años.
¿Y creés que como arquitecta tu experiencia laboral fue distinta? ¿Te enfrentaste a algún obstáculo que considerás que tiene que ver con tu género?
Sin duda que te enfrentás a obstáculos. Son ámbitos en los que predominan los hombres. Por ejemplo, cuando trabajás con asesores, es un trabajo colectivo, hoy por hoy hay más asesoras mujeres, pero al principio el ingeniero era hombre, el hidráulico también, el ingeniero eléctrico, generalmente era un ámbito muy masculino. En ese sentido, con profesionales, no me puedo quejar, han sido buenas experiencias. La obra es un ámbito donde también el 99% son hombres. Generalmente, en las publicaciones, a quienes citan o dan voz son predominantemente a estudios de hombres. En las charlas también. Es un ámbito que es mucho más masculino que femenino, sin duda. También se te hace a veces un poco difícil hacerte un lugar. En general, siempre trabajé en un ámbito de respeto, con alguna experiencia aislada puntual que no predominó sobre la experiencia global.
Obra: Pomelo
Foto Marcos Guiponi
¿Qué crees que sería importante que cambie para que haya más lugar para mujeres arquitectas?
A mí en lo personal me atraviesa también la maternidad. Tengo dos hijas y un hijo de distintas edades. Eso, en un momento de tu carrera, por un tema de lactancia, de crianza y de cuidados, te obliga a tener otra actividad bastante predominante y fuerte, que por ser mujer ya se vive diferente. Te inhabilita a estar dentro de los concursos en un momento, de llamados, con la actividad profesional, tratando de hacer todo. ¿Cómo creo que se puede mejorar? Me parece que hay un montón de herramientas y mecanismos. Se puede promover el trabajo que se está haciendo. Se puede, de alguna manera, no siempre invitar a los mismos a que sean los expositores o a los que se les publiquen trabajos. Hay un montón de trabajo de colegas arquitectas súper interesante, que capaz que no tiene tanta visibilidad. Y está bueno empezar a mirar y a mostrar, porque se empieza por algo y creo que esa sería una posible manera.
¿Crees que en los últimos años ha cambiado el papel de la mujer arquitecta en el Uruguay?
Si me preguntás si cambió en relación a hace 10 años atrás, sin duda. Ahora, por lo pronto, hay más personas que estamos promoviendo cosas, que estamos haciendo y demás. A veces igual te da un poco de pena que en marzo pase todo y después se termina marzo y volvemos todos a nuestros lugares. Creo que vamos evolucionando. Me parece también que no hay que quedarse quieta, hay que seguir haciendo, no callarnos la boca, tratar de promovernos entre nosotras e intentar empezar a posicionarnos, pero sí, evolucionamos. Creo que, desde que yo salí de facultad a la fecha, ha habido un cambio grande y espero que todo siga creciendo.
¿Cuál sería el proyecto de los que has trabajado que más te ha apasionado o que te ha dado más satisfacciones?
Es muy difícil, es como que te diga a qué hijo querés más. Capaz que no hay un proyecto que sea el favorito. Yo creo que todos tienen sus desafíos, obvio que hay muchos que me gustan mucho más que otros, pero me parece que también depende de dónde se mire. Hay algunos que capaz que no son tan interesantes en el diseño del proyecto, pero te dejan unas enseñanzas enormes, que todo eso suma a la experiencia y al recorrido que vamos haciendo. No me animaría a mencionar un proyecto únicamente, pero en las oficinas donde trabajamos nosotras, que es un reciclaje que hicimos, el estudio que habitamos a diario, es uno de los proyectos al que le tenemos más cariño, porque lo vivimos y tiene otro significado.
Obra: Oficinas Requena
Fotos: Marcos Guiponi
¿En qué tipo de proyectos te gustaría trabajar en el futuro y qué impacto te gustaría dejar con tu trabajo?
Poder seguir haciendo lo que nos gusta, teniendo continuidad en proyectos de todo tipo, porque en el estudio hacemos tanto proyectos de locales comerciales como gastronómicos, viviendas, industriales, en realidad es un perfil bien diverso a nivel programático y queremos sostenerlo, porque nos obliga a empaparnos de distintos programas y a estudiarlos a fondo, siempre eso implica un gran desafío. Me encantaría poder seguir creciendo en esos rubros. Creo que el mejor proyecto termina siendo el que, cuando quienes lo habitan, lo usan o les toca estar ahí, lo disfrutan y te lo agradecen. No únicamente que nos guste a nosotras como quedó, sino que, para la persona que lo vaya a habitar, te das cuenta de que funciona en todos sus aspectos, me parece que eso es lo más gratificante siempre.
Obra: Casa Ocean Park
Foto: Nacho Correa
Foto Principal: Karin Topolanski